Nunca antes he sentido el reguetón (o reggaeton), tan cerca. Esta vez no está ni en el transporte público, ni en el altoparlante colectivo del vecino, ni en la disco, esta vez el reguetón ha tomado mi casa. Confieso que no soy seguidor del género de moda como tampoco soy su más acérrimo inquisidor. Confieso además que nunca antes me había incomodado su presencia. Ahora estoy alerta pues de un lado continúan las criticas a la calidad del reguetón y otro mi hijo de 11 años encarecidamente solicita las letras de Somos de Calle y Pose , de Daddy Yankee . Juan Pablo conoce perfectamente el estribillo de los temas de marras y ahora quiere dominarlos a la perfección, sin que le falte ni una letra. Su pasión le surgió con sus poses de bailador preadolescente, con sus aires de macho exitoso, adquiridos en su ambiente escolar. A su edad no sabe que esos patrones rítmicos reiterativos y sencillos, con temas eminentementes callejeros llevan la discordia a otros hogares e instituciones sociales. Un...
Vamos a narrar sobre Bayamo y Cuba.