cientos de personas que acudieron al Museo Castillo de San Salvador de La
Punta, para apreciarlo en su mayor cercanía a la Tierra en 2012.
La nubosidad se afanó en prolongar la espera y reforzó la expectación que
a menudo acompaña los grandes momentos, pero finalmente cedió para permitir
la observación astronómica, auspiciada en esa institución por el Planetario
de la Oficina del Historiador de la ciudad de La Habana.
A través de telescopios instalados en la imponente fortaleza colonial del
siglo XVI, público de todas las edades y de disímiles profesiones apreció la
elegancia sui géneris del "Señor de los Anillos", sexto planeta del Sistema
Solar y segundo en tamaño y masa, después de Júpiter.
Francisco González, especialista principal del Planetario Rosa Elena
Simeón in Memoriam, declaró a la AIN que se convocó para esa jornada
dominical, por ser el día de este año en que Saturno está más próximo a la
Tierra, aunque aclaró no ser la mínima distancia posible entre ellos, la
cual se registró en 2005.
Terrícolas de cualquier parte del mundo pudieron acercarse visualmente al
único planeta -del Sistema Solar- menos denso que el agua, significó el
también profesor de Física y Astronomía, quien momentos antes presentó la
proyección de audiovisuales para la cabal comprensión del fenómeno.
Millones de partículas de hielo que reflejan la luz solar determinan el
brillo de los famosos aros, vistos por primera vez en 1610 por Galileo
Galilei, explicó el experto, quien acompañó a los observadores en una noche
en la cual también mostraron sus encantos Júpiter, Marte y el brillante
Venus, entre otros cuerpos celestes.
Taymí García, directora del Planetario habanero, subrayó que el próximo
evento astronómico de gran importancia será el tránsito de Venus (paso de
este planeta entre la Tierra y el Sol), segundo y último de la actual
centuria.
Ese raro fenómeno ocurre dos veces en poco más de 100 años; en el presente
siglo, ya tuvo lugar en 2004 y volverá a hacerlo el cinco de junio de 2012,
visible parcialmente desde Cuba. No será hasta diciembre de 2117 que los
humanos puedan presenciar otra vez el citado acontecimiento.
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