Con sus guarachas picarescas y dueño de un gran sentido del humor el
Guayabero, porque así es como se le conoce en casi todo el mundo, se adueñó
de un sitio dentro del pentagrama de la música cubana.
Cuando este cuatro de junio se celebre el centenario de su natalicio, a la
mente de los seguidores del buen son montuno vendrán enseguida temas como
Cuida'o con el perro, En Guayabero y La yuca de Casimiro, todas creaciones
de este juglar con las cuales recorrió campos y ciudades.
Y es que su vida fue siempre un intenso ir y venir de mujeres y canciones,
de botellas y amigos de bares y descargas, en las cuales conoció a otros
grandes de la trova nacional como Miguel Matamoros o Compay Segundo, porque
la carrera de un artista entonces no era fácil y había que ir de batey en
batey.
Faustino Oramas, su verdadero nombre, inició su carrera artística en el
septeto "La Tropical" dirigido por Benigno Mesa. Durante más de siete
décadas de entrega al arte paseó su música por escenarios tan disímiles como
España, México, Holanda y Francia.
Perteneciente a la estirpe de esos trovadores trasnochadores que abundaban
en el interior de la Isla, cantando en caseríos o bares por un plato de
comida o un trago, Faustino se fue tejiendo una leyenda en vida, la cual
recogía amores y odios en cada pueblo visitado.
Su propio sobrenombre nació de un encuentro, en una localidad oriental
llamada Guayabero, con un marido celoso que -molesto por las atenciones de
su esposa con el artista- lo persiguió para ajustar cuentas, de ahí el
famoso estribillo ¡En Guayabero, mamá, me quieren dar!
El tema alcanzó su mayor popularidad cuando el sonero Pacho Alonso lo
incorporó a su repertorio en la década del 60 del pasado siglo.
Y es que en las canciones de Faustino Oramas se conjugan con maestría el
doble sentido y la picaresca nacional con una melodía pegajosa, que incitan
al baile, por eso sus guarachas y sones se han cantado por importantes
figuras como Libertad Lamarque, Neno González y David Álvarez.
Pero si hay un tema que identifica a este Rey del tumbaíto y cubano de
pura cepa es \"Cómo baila Marieta", un clásico del pentagrama que ha puesto
a mover los pies a miles de personas en escenarios tan disímiles de Europa,
Asia y América.
Premio Nacional del Humor 2002, Oramas en cada entrevista que le
preguntaban sobre sus letras aclaraba: "todo lo mío es serio, no digo lo que
la gente piensa, soy muy respetuoso, canto una cosa y el público entiende
otra distinta y con eso se divierte".
En Holguín pervive su legado, en la Casa de la Trova de la localidad se
recuerda su impronta, mientras se trabaja en la reparación de un inmueble
destinado a un museo donde se archivarán sus pertenencias.
El espíritu del Guayabero se encuentra en cada sitio donde un enamorado
entona sus canciones, mientras cualquier mujer, aunque no lleve por nombre
Marieta, baila un son o escucha un singular piropo.
¡Santa Palabra! entonces en este centenario de su natalicio para quien
supo trascender y convertirse en un referente de cubanía y criollismo, en un
símbolo cultural importante de la provincia de Holguín, donde todavía nadie
cree en su muerte y asume esta ausencia como otra de sus bromas.(AIN)
dbq/meb 11 09:24
Guayabero, porque así es como se le conoce en casi todo el mundo, se adueñó
de un sitio dentro del pentagrama de la música cubana.
Cuando este cuatro de junio se celebre el centenario de su natalicio, a la
mente de los seguidores del buen son montuno vendrán enseguida temas como
Cuida'o con el perro, En Guayabero y La yuca de Casimiro, todas creaciones
de este juglar con las cuales recorrió campos y ciudades.
Y es que su vida fue siempre un intenso ir y venir de mujeres y canciones,
de botellas y amigos de bares y descargas, en las cuales conoció a otros
grandes de la trova nacional como Miguel Matamoros o Compay Segundo, porque
la carrera de un artista entonces no era fácil y había que ir de batey en
batey.
Faustino Oramas, su verdadero nombre, inició su carrera artística en el
septeto "La Tropical" dirigido por Benigno Mesa. Durante más de siete
décadas de entrega al arte paseó su música por escenarios tan disímiles como
España, México, Holanda y Francia.
Perteneciente a la estirpe de esos trovadores trasnochadores que abundaban
en el interior de la Isla, cantando en caseríos o bares por un plato de
comida o un trago, Faustino se fue tejiendo una leyenda en vida, la cual
recogía amores y odios en cada pueblo visitado.
Su propio sobrenombre nació de un encuentro, en una localidad oriental
llamada Guayabero, con un marido celoso que -molesto por las atenciones de
su esposa con el artista- lo persiguió para ajustar cuentas, de ahí el
famoso estribillo ¡En Guayabero, mamá, me quieren dar!
El tema alcanzó su mayor popularidad cuando el sonero Pacho Alonso lo
incorporó a su repertorio en la década del 60 del pasado siglo.
Y es que en las canciones de Faustino Oramas se conjugan con maestría el
doble sentido y la picaresca nacional con una melodía pegajosa, que incitan
al baile, por eso sus guarachas y sones se han cantado por importantes
figuras como Libertad Lamarque, Neno González y David Álvarez.
Pero si hay un tema que identifica a este Rey del tumbaíto y cubano de
pura cepa es \"Cómo baila Marieta", un clásico del pentagrama que ha puesto
a mover los pies a miles de personas en escenarios tan disímiles de Europa,
Asia y América.
Premio Nacional del Humor 2002, Oramas en cada entrevista que le
preguntaban sobre sus letras aclaraba: "todo lo mío es serio, no digo lo que
la gente piensa, soy muy respetuoso, canto una cosa y el público entiende
otra distinta y con eso se divierte".
En Holguín pervive su legado, en la Casa de la Trova de la localidad se
recuerda su impronta, mientras se trabaja en la reparación de un inmueble
destinado a un museo donde se archivarán sus pertenencias.
El espíritu del Guayabero se encuentra en cada sitio donde un enamorado
entona sus canciones, mientras cualquier mujer, aunque no lleve por nombre
Marieta, baila un son o escucha un singular piropo.
¡Santa Palabra! entonces en este centenario de su natalicio para quien
supo trascender y convertirse en un referente de cubanía y criollismo, en un
símbolo cultural importante de la provincia de Holguín, donde todavía nadie
cree en su muerte y asume esta ausencia como otra de sus bromas.(AIN)
dbq/meb 11 09:24
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