occidental de Cuba, confirma la salud de los arrecifes coralinos, símbolo de
la significación natural del sitio, pese a los huracanes de años anteriores.
Especialistas del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, del
Parque Nacional de esa zona de la provincia de Pinar del Río, comprobaron en
reciente monitoreo la existencia de 38 especies de corales, 39 de esponjas,
27 correspondientes a gorgóneas, 637 a moluscos marinos y 109 de algas.
Citada por la Agencia Cubana de Noticias, la bióloga Dorka Cobián resaltó
el reporte para las ciencias de 11 nuevas variedades de los distintos
ejemplares, exclusivas de Guanahacabibes -límite oeste de la isla de Cuba-,
en lo que se considera el más pormenorizado conteo animal hecho en un área
litoral.
Los estudiosos igualmente identificaron siete franjas, entre ellas una de
conservación estricta donde sólo se permite realizar investigaciones debido
al predominio del coral negro, y por ser lugar preferido por los pargos y
las tortugas para desovar.
Otra de gran relevancia resultó destinada al buceo, ideal para la
inmersión contemplativa, siempre con regulaciones como la prohibición de
pesca y colecta de animales, a fin de garantizar el cuidado del entorno
marino en la península, una de las seis Reservas de la Biosfera en el país.
Bancos de plantas y arrecifes otorgan peculiar atractivo al terruño de
100 kilómetros de largo y un ancho oscilante entre los seis y 34, catalogado
también como relevante centro de emisión de larvas de especies antillanas y
caribeñas hacia el Golfo de México y Norteamérica.
Esta comprobación de biodiversidad, tras los efectos en 2008 de los
meteoros Gustav e Ike, entre otros, se inscriben dentro de los propósitos
conservacionistas de las zonas marinas, que proyectan incluir en el Sistema
Nacional de Áreas Protegidas de al menos el 15 por ciento de la plataforma
insular, entre otros puntos.
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