obtiene crecientes resultados en la reproducción en cautiverio del cocodrilo
americano, especie protegida internacionalmente, dado el deterioro de su
población en varios países.
Israel Pérez, especialista del centro, aseguró al diario Granma que el
número de nacimientos promediaba los 200 en los últimos años, pero en 2011
se incrementó a más de 700, debido a la introducción de una incubadora.
Esta nueva herramienta -habitación con piso de arena, techo de tejas
translúcidas y varias ventanas que se abren en caso de excesivo calor-
permite regular la temperatura de los nidos y evitar que los afecte la
lluvia o cualquier otra variación del tiempo, argumenta.
Al propio tiempo -expone- esto ofrece la posibilidad de regular el sexo
de las futuras crías, algo de gran importancia para lograr una proporción
adecuada, y además se consiguió elevar el nivel de eclosión de los huevos,
del 32,4 al 61 por ciento.
Recordó que anteriormente ello era imposible de controlar porque todo el
proceso tenía lugar en condiciones seminaturales, manera por la cual salían
muy pocos machos.
En cambio, ahora los encargados del zoocriadero pueden hacer su trabajo
con mayor efectividad, para ayudar a que este reptil siga figurando entre
los habitantes más antiguos de la Tierra, subraya el diario.
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